John Bartleby había
soñado con esas vacaciones toda su vida. El sol del mediterráneo, un país
exótico, en suma, unas vacaciones lujosas, y a precios increíblemente baratos.
Pero su esposa no
las tenía todas consigo
¿Será potable el
agua?
¿Habrá insectos
en la cama?
También
desconfiaba del precio.
¿Porqué será tan
barato? ¿Será seguro?
Pero todas sus
reservas mentales se disiparon cuando llegaron al Hotel a pie de playa. Era
magnífico. Todo nuevo, recién estrenado. Una zona de la playa acotada para los
huéspedes, un mar azul y un agua cálida.
La Sra. Bartleby
se relajó en su hamaca playera mientras saboreaba una piña colada muy fría.
- John ¿no te
parece que el sitio es magnífico?
- Sí, querida y,
además, barato.
- Eres un
materialista ¿Qué importa el precio ahora?
La última palabra
–ahora- quedó apagada por una explosión seca.
Los turistas se
levantaron de sus hamacas. Todos menos John Bartleby. Pensó que lo mejor, ante
lo inesperado de la detonación, era pasar desapercibido.
Hundido en su
hamaca, John vio como un hombre armado y en uniforme militar avanzaba por la arena
provisto de un kalashnikov.
También vió como
los turistas que estaban a su alrededor salieron huyendo en dirección al Hotel.
- ¡Vámonos, John,
vámonos! – dijo su esposa--.
Pero John no se movió.
El terrorista,
que seguía entretanto avanzando por la playa efectuó un disparo en ráfaga a los
turistas que huían torpemente por la arena, tropezando y cayendo. Diez fueron
abatidos por las balas. Una auténtica masacre. Entre ellos la esposa de Bartleby
que, finalmente había dejado sólo a su marido.
La táctica de la
inmovilidad surtió efecto El terrorista no se fijó que había un hombre inmóvil en
una hamaca, un blanco fácil.
La inmovilidad
ante una amenaza de muerte no es rara en el mundo animal. Cuando se enfrentan a
una muerte cercana, algunos patos se hacen los muertos. Es lo que se llama inmovilidad tónica,
o tanatosis, que según los científicos es un mecanismo de defensa. No les
funciona muy bien, sin embargo, a los patos, porque suelen acabar en nuestro
plato de todas maneras.
A Bartleby, sin
embargo, le funcionó estupendamente.