lunes, 21 de noviembre de 2005

Palabras



La asociación de gays y lesbianas Casal Lambda se ha quejado que el diccionario de ideas afines de Fernando Corripio, publicado por la editorial Herder, en la entrada “homosexual” diga: “pervertido, vicioso, depravado, anormal, desviado, corrompido, degenerado, pedófilo, puto...”
Francamente creo que un diccionario debe recoger los usos que el pueblo hace del lenguaje y no los usos que quieren algunos. Aunque no le guste a la asociación Casal Lambda, a las palabras les da el pueblo el uso que quiere y no el que quieren los, por decirlo así, “afectados”. Es como quejarse de que el pueblo llame “maricón” al varón que manifiesta tendencias homosexuales. No se pueden desterrar los usos del lenguaje. Además, el lenguaje es o no ofensivo según se de por ofendido el que lo oye. Las palabras en sí no significan nada. Además los usos cambian con el tiempo, en tiempos de Felipe II, ser Inquisidor era un cargo muy importante, que muchos se disputaban, hoy, en cambio, es un insulto, o así lo interpretan algunos.
A los abogados nos llaman “picapleitos” y no se me ocurre que el Colegio de Abogados se queje de esto.

martes, 8 de noviembre de 2005

Presidentes















Cuando veo en las páginas de El País de hoy las caras de los 19 Presidentes autonómicos me doy cuenta del monstruo que hemos creado. Diecinueve presidentes. Unas doscientas Consejerías, pongamos dos mil secretarios, veinte mil directores generales, incontables sociedades públicas y Organismos Autónomos con sus Presidentes.
Esto me recuerda aquella Ley de Murphy de que “el trabajo se expande hasta agotar el tiempo disponible para su realización”. En este caso, es la burocracia la que se expande. La burocracia se expande hasta agotar el censo de los parientes, amigos y demás gente que pace en el pesebre clientelar.
Cada Presidente tendrá un Gabinete de la Presidencia, con funcionarios que se encargan de llenar de contenido las labores del Jefe, manejar su agenda, organizar sus viajes y buscarle las putas. El trabajo de los funcionarios se puede expandir hasta límites insospechados, enviándose tareas unos a otros.
Y los Sres. Presidentes, no hay mas que verlos, tienen cara de gente importante. Esta mañana hablaba por la radio el Presidente de Baleares, Molt Honorable, Jaume Matas. Y decía: “el pueblo de Baleares, lo que realmente quiere es que haya …… tal y cual” ¿Pero quien es, so capullo, el pueblo de Baleares? ¿Quién eres tú para saber lo que quieren ese supuesto pueblo, sujeto pasivo de la actividad política? Claro que si no existiera un "pueblo" no existiría un presidente que lo represente ¿no? Y junto a los 19 Presidentes, se encuentran los diecinueve Parlamentos Autonómicos, con sus Presidentes y Gabinetes de la Presidencia. ¡No tenemos para comer y tenemos 21 Parlamentos (con los dos nacionales)!
Y venga a dictar Leyes: por ejemplo, solo en materia de Urbanismo, las Cortes Valencianas han dictado 6 Leyes: de la Actividad Urbanística, de Espacios Naturales Protegidos, del Suelo no Urbanizable, de Vivienda, de Ordenación y Fomento de la Calidad de la Edificación y de Ordenación del Territorio y Protección del Paisaje ¿Qué?¿Cómo se te queda el cuerpo?
Ahora los Presidentes tienen una clara misión: no quedarse atrás con respecto a los otros Presidentes de las otras Autonomías. Mirar de soslayo a ver qué competencias tienen. Comparar los presupuestos. No jodamos, aquí o jugamos todos o rompemos la baraja. A ver que va a pensar "el pueblo". Y tú, que porque seas Comunidad con lengua propia, no te vas a llevar más. Aquí, todos iguales ¿O es que te crees más listo por ser catalán?

Duplicaciones discriminatorias

  La Constitución venezolana   duplica cientos de términos: “Toda persona detenida tiene derecho a comunicarse de inmediato con sus familiar...