domingo, 26 de octubre de 2014

Un origen secular y castizo

¿No te sucede que algunas veces alguien interpreta exactamente lo que piensas y lo pone por escrito mucho mejor de lo que lo harías tú?
Pues esto es lo que me sucede exactamente con el siguiente artículo de Félix de Azúa publicado el 26/10/2014 en El Pais.
Muchas veces he pensado que la doctrina católica de que, confesando se perdonan los pecados, es gravemente dañina para la convivencia y el orden civil . Ningún código penal, que yo sepa, exime de la pena por la confesión del reo, todo lo más se atenúa, por consideraciones pragmáticas, la colaboración con la Justicia.
Yo me imagino a los antiguos Padres de la Iglesia discutiendo el tema: Oye tú, si por cada pecado amenazamos con el fuego eterno ¡nos quedamos sin clientela! Bueno, oye, pues pondremos el arrepentimiento como eximente pero, eso sí, tienen que confesar delante de nosotros. Bien dicho, tío, administraremos el perdón y ¡qué poder nos dará!
¿Te imaginas?: "padre, me acuso que he defraudado a Hacienda, tomándome unas deducciones de más y unos gastillos no deducibles". Bueno, hijo, dos avemarías y suerte que no te comprueben.

Curiosidades de las religiones

Como es sabido Benjamín Franklin inventó el pararrayos. Invento benéfico donde los haya, pues protege vidas y haciendas. Sin embargo, cuando se implantaron en Boston, USA, hubo un obispo que se opuso. El razonamiento era el siguiente: sabido es que los rayos son expresión de la cólera divina. Si un hombre cae herido por un rayo, es que Dios le castiga por su iniquidad. Al instalar los pararrayos interferimos en la voluntad de Dios y muchos malvados quedarán sin castigo. Y digo yo, si Dios es omnipontente ¿cómo se va a ver limitado por un simple pararayos? ¿Se detendrá la cólera divina ante semejante nimiedad?

En los paises islámicos está prohibido el libro de George Orwell, Granja de Animales. No sé si lo has leído. Es un libro delicioso que fustiga los regímenes totalitarios utilizando una fábula que tiene como protagonistas a los animales de una granja, que se rebelan frente al granjero y se hacen con el poder ¿Qué razón pueden tener los islamistas para prohibir un cuento? Pues parece que la prohibición se basa en que que los cerdos de la granja son los protagonistas, los dictadores, los que se erigen con el poder. Y el cerdo es un animal impuro. Yo creo ver en esto una connotacion política, pues los regímenes islámicos son, casi todos, dictatoriales ...

El cerebro femenino (II)

Desde que leí el libro El Cerebro Femenino, ando por ahí obsesionado con el tema. Cuando veo a una madre con su hijo pienso, desde que nació ese cerebro ha sido secuestrado por su hijo, . Ya no piensa en sí, piensa siempre en él, es su bien más preciado.
Cuando veo a grupos de chicas adolescentes pienso en que, en su cerebro, la primera prioridad es ser aceptada socialmente. Son gregarias, se imitan. En ellas, su pelo es largo, para mostrar que están saludables, su piel está cuidadosamente depilada, para adecuarse a la preferencia de los varones. Buscan una pareja estable, que aporte activos a la crianza de la prole. Lloran con facilidad. Cuando paran, tendrán depresión post-parto
Cuando veo a una mujer mayor, pienso, la menopausia la ha liberado del alto nivel de testosterona, necesaria para estimular el interés sexual, y ya no muestra interés por el sexo.

El PP y sus dirigentes


¿Quién es el lider de la derecha? el que aprieta o el sufre el apretón. La llave es tan fuerte que deja colapsado, con las manos colgando, al paciente bromeado. El que aprieta parece decir: yo te nombré, a ver qué has hecho hasta ahora con el poder que te dí. Si no te espabilas, voy a tener que entrar en el juego otra vez.
Es una broma entre hombres, entre colegas. Si esa broma (phisical joke) se la gastan a, digamos, Soraya S, sería totalmene ofensivo. Volarían los epítetos de las feministas de izquierdas y de derechas. Pero Mariano es un bonachón, la clase de tipo al que apetece gastarle bromas. Si tuviera otro caracter, le hubiera dicho al bromista, delante de los periodistas: apriétale el cuello a tu puta madre, cabrón. Si, además, le hubiera dado una colleja, hubiera subido varios enteros en las encuestas de apreciación de políticos, en las que nunca ha aprobado siquiera.

Pegar y quitar

La división de poderes

Leo, divertido, el artículo de Manuel Vicent en El Pais de ayer sobre el hecho de que en la vida de un hombre existe una división de poderes: de joven, poder ligar; de mayor, poder mandar; de viejo, poder mear.
Por lo que a mí se refiere, de joven pude ligar mucho más, lo que pasa es que no quise, de mayor mandé algo, pero no demasiado, porque era perezoso, y de viejo, aunque quisiera mear más largo, me temo que no podría aunque quisiera. Por eso dice Vicent que de los tres poderes de los dos primeros siempre encuentras alternativa, pero el tercer poder, se tiene o no se tiene.
Recuerdo que, de niños, hacíamos competiciones a ver quien meaba más lejos o más largo y meábamos desde los puentes para sentir el poder de una larga meada al vacío.

La diversidad de la vida

Leo el magnífico libro de E.O. Wilson, La diversidad de la vida. Impresionante. A partir de ahora se va a convertir en uno de mis libros de cabecera. ¡Qué sabiduría tiene este viejo profesor de Harvard!


"In the Amazon Basin the greatest violence sometimes begins as a flicker of light beyond the horizon. There in the perfect bowl of the night sky, untouched by light from any human source, a thunderstorm sends its premonitory signal and begins a slow journey to the observer, who thinks: the world is about to change." Watching from the edge of the Brazilian rain forest, witness to the sort of violence nature visits upon its creatures, Edward O. Wilson reflects on the crucible of evolution, and so begins his remarkable account of how the living world became diverse and how humans are destroying that diversity.
Wilson, internationally regarded as the dean of biodiversity studies, conducts us on a tour through time, traces the processes that create new species in bursts of adaptive radiation, and points out the cataclysmic events that have disrupted evolution and diminished global diversity over the past 600 million years. The five enormous natural blows to the planet (such as meteorite strikes and climatic changes) required 10 to 100 million years of evolutionary repair. The sixth great spasm of extinction on earth--caused this time entirely by humans--may be the one that breaks the crucible of life. Wilson identifies this crisis in countless ecosystems around the globe: coral reefs, grasslands, rain forests, and other natural habitats. Drawing on a variety of examples such as the decline of bird populations in the United States, the extinction of many species of freshwater fish in Africa and Asia, and the rapid disappearance of flora and fauna as the rain forests are cut down, he poignantly describes the death throes of the living world’s diversity--projected to decline as much as 20 percent by the year 2020.
All evidence marshaled here resonates through Wilson’s tightly reasoned call for a spirit of stewardship over the world’s biological wealth. He makes a plea for specific actions that will enhance rather than diminish not just diversity but the quality of life on earth. Cutting through the tangle of environmental issues that often obscure the real concern, Wilson maintains that the era of confrontation between forces for the preservation of nature and those for economic development is over; he convincingly drives home the point that both aims can, and must, be integrated. Unparalleled in its range and depth, Wilson’s masterwork is essential reading for those who care about preserving the world biological variety and ensuring our planet’s health.

Duplicaciones discriminatorias

  La Constitución venezolana   duplica cientos de términos: “Toda persona detenida tiene derecho a comunicarse de inmediato con sus familiar...