lunes, 22 de febrero de 2010

Militares





Tengo delante esta foto de el funeral de un pobre soldado muerto en Afganistán. 
La guerra es un hecho sucio, sangriento, helador, bestial, la pérdida de toda la dignidad humana. Los soldados son enviados al frente como ganado al matadero. Para que los soldados superen el miedo a la muerte, se les despoja de su voluntad mediante ejercicios de sumisión y castigos severos. Pero también, para darles ánimo, se les adorna con banderas, uniformes y demás parafernalia.
Esta guerra mercenaria, en un país tan lejano, en el que nada se nos ha perdido, se hace para complacer al amo americano. Es una guerra injusta, los afganos sufren una indigna ocupación. Y, cuando mueren, a estos soldaditos de cartón piedra, se les monta un número como este, una puesta en escena que oculte toda esta mierda. Y esto los militares lo saben hacer, no en vano llevan en ello toda la vida.Fíjate esos chicos con la cabeza alta qué ridiculos están. Me dan ganas de decirles: ¡bajad la testa, vais a ser los próximos! 
Se cantó el himno "la muerte no es el final". Pobre chaval, 20 años tenía ¡naturalmente que la muerte es su final!
Allí estaban también los políticos, no vaya a ser que alguien piense que no son patriotas. Pero ¿qué patria? el chico era colombiano. También estaban los curas, ellos administran desde siempre el negocio del más allá.
Todo esto me hace vomitar.

lunes, 15 de febrero de 2010

Control de precios


El presidente de Venezuela, Hugo Chavez, ha devaluado su moneda, el bolivar, un 50% y no quiere que los precios suban. Acusa a los comerciantes que lo han intentado de rapaces y codiciosos. Si el 70% de los alimentos que consume Venezuela se importan, y si  se necesitan ahora el doble de bolívares para comprar la misma cantidad de dólares ¿cómo no han de subir los precios?

El razonamiento subyacente suele ser el siguiente: si dejamos que el precio de la carne, por ejemplo, lo fije el mercado, el precio subirá y los pobres no podrán comprarla. La gente no tendrá carne en proporción a sus necesidades, sino a su poder de compra, ésto no es justo. Si mantenemos los precios bajos, todo el mundo podrá comprar carne, habrá justicia. Pensando que el precio de la carne el día que se estableció la medida es "el razonable", cualquier precio por encima será "irrazonable".

La fijación de precios puede que parezca, durante un corto período de tiempo, tener éxito si se apoya el el patriotismo y en una sensación de crisis. Pero cuando los precios se mantienen, por una acción del gobierno, artificialmente bajos,  la demanda esta crónicamente por encima de la oferta y habrá que racionar el consumo. A continuación, el exceso de demanda se desplazará a otros bienes, que habrá que racionar también. Finalmente habrá que racionarlo todo. El resultado será una economía totalitaria petrificada, con todos los negocios a merced del gobierno.

Estos sátrapas caribeños creen que están por encima de todo, incluso sobre las leyes del mercado,  y que son capaces de manipularlas con amenazas: el que suba los precios, le expropio. Desafortunadamente no es así. Si Chavez quiere saber lo que va a pasar con el mercado venezolano después de sus "valientes" medidas, no tiene más que levantar el teléfono y hablar con Fidel Castro. En Cuba los precios son bajos, pero hay escasez de todo, todo está racionado y las tiendas están vacías.
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Los errores de Chávez los corregirá el mercado negro.

Lectura recomendada: Economía en una sola lección de Henry Hazlitt

lunes, 8 de febrero de 2010

El mantenimiento de los puestos de trabajo




"Traerá una gran pérdida de puestos de trabajo", esta es la frase que mucha gente pronuncia cuando alguna medida de política económica apunta en contra de sus intereses. Así, los distribuidores de lotería no están de acuerdo en que se liberalice el sector, porque se perderán empleos, a pesar de que se incrementará la eficiencia de la distribución; los productores de cine no quieren que se reduzca la subvención porque disminuirán los puestos de trabajo, a pesar de que esos recursos estarían mejor empleados en otra parte de la economía.
Si de crear puestos de trabajo se trata, podríamos tomar medidas disparatadas, por ejemplo: llevar las mercancías de los puertos al interior, a hombros de porteadores ¿Cuántos puestos de trabajo se crearían? Innumerables ¿Crecería la riqueza? En absoluto, las mercancías serían más caras y nos empobreceríamos todos. Habríamos detenido el progreso y penalizado a la industria del automóvil. 
La falta de eficiencia del sistema de distribución de lotería significa que hay una transferencia de recursos de los contribuyentes a los loteros. En efecto, el Estado debe recaudar más vía impuestos para compensar la ineficiencia. El lotero incrementa el coste, el contribuyente se empobrece.
Lo mismo cabe decir de las subvenciones al cine. Si a esta industria se la mantiene viva a base de subsidios, está claro que los contribuyentes se empobrecen lo que la industria se enriquece. Si el cine es grande, es a costa de que otras industrias sean más pequeñas, pues el ciudadano ve reducida su capacidad de compra de otros bienes a causa de los impuestos. Además, el capital y el trabajo se desvían a donde son empleados de forma más ineficiente, el cine, lo que equivale a menos riqueza para todos.
¿Qué pasaría si suprimieran los Notarios y los Registradores y tuviesemos menos burocracia? Se perderían puestos de trabajo, pero aumentaría el nivel de vida de la población porque el sistema sería más eficiente y habría más riqueza para todo el mundo.
¿Qué pasaría si nos cargamos las Cajas de Ahorro? ¿Cuanta gente quedaría en la calle? Cientos de miles ¿Disminuiría la riqueza nacional? No, aumentaría con la eficiencia incrementada del sistema financiero.
¿Y si unificamos los municipios y, de 8.000 que hay en España, los dejamos en, pongamos, 1.000?
¿Y si abolimos el Estado de las Autonomías? ¿Y si......?


Lectura recomendada: Henry Hazlitt, economía en una sola lección





lunes, 1 de febrero de 2010

Una mujer mata a su compañero de piso


Este artículo va en contra de lo "políticamente correcto" y frente al feminismo militante.
Hoy es políticamente correcto hablar de "violencia machista" pero no lo es hablar de "violencia feminista". El machismo es algo malo, el feminismo, bueno (consúltese el diccionario) Existe una Ley, inconstitucional en mi opinión, parala violencia de los hombres sobre las mujeres, pero esta Ley no se aplica a la violencia de las mujeres sobre los hombres. Existen una serie de cargos públicos, ocupados por mujeres generalmente,  para vigilar la violencia machista (se llaman observatorio, como los astronómicos) pero ninguno para la violencia feminista.
Y la violencia feminista ocurre, no cabe duda. Ahí tenemos el caso de Fátima el Khazani, de 49 años y origen marroquí, se entregó ayer (4/1/2010) por la tarde en la comisaría del distrito y confesó que acababa de matar a su compañero de piso, Antonio Luna Peña, de 54 años. Las primeras investigaciones apuntan a que ella intentó evitar que se marchara a vivir a Málaga, según fuentes policiales. O sea, el movil, los celos.
¿Se aplicará a Fátima la Ley famosa? No, en absoluto ¿Lo lamentarán las feministas? No, como no sea para justificar su actuación alegando que era una mujer maltratada, de lo contrario quedarían en ridículo ¿Entrará esta muerte en las estadísticas de violencia de género? No, siempre se citan las víctimas femeninas. El Instituto de la Mujer esconde desde hace años las cifras de muertos de sexo masculino a manos de sus parejas, por razones políticas "el concepto de violencia de género no contempla este tipo de actuaciones" dicen. ¿Saldrá Bibiana Aído a decir algo en los medios? No, callará como un muerto (un muerto por violencia feminista, probablemente).
Creo que algún día el péndulo de la Justicia volverá a su centro pero, por el momento, está en un extremo.

Duplicaciones discriminatorias

  La Constitución venezolana   duplica cientos de términos: “Toda persona detenida tiene derecho a comunicarse de inmediato con sus familiar...