lunes, 29 de septiembre de 2008

El corazón de las tinieblas


He leído últimamente El corazón de las Tinieblas de Joseph Conrad. He tenido que leerlo dos veces porque la primera no me enteré de nada. Mi problema ha sido los cambios de narrador y las distintas clases de comillas. Parece una tontería, pero si no te fijas en qué tipo de comillas corresponde a cada narrador, te armas un lío de miedo.

El libro empieza con un relato de un capitán de un barco fondeado en la desembocadura del Támesis. Este es, digamos, el narrador principal. Pues bien, él narra su aventura pilotando un barco fluvial por un río selvático en busca del Sr. Kurtz, empleado de la Compañía que fletó el barco y que estaba en el corazón de la selva en busca de marfil.

Pero en el curso del relato el narrador se cita a sí mismo (otra clase de comillas) y aparecen narradores secundarios (otra clase).

Bien, superado ésto, el libro, que es un clásico, es un ejercicio de estilo donde el relato tiene poca importancia. El capitán encuentra al Sr. Kurtz y éste muere en el viaje de regreso. Pero hasta que lo encuentra, Conrad mantiene hábilmente la tensión sobre quién será el Sr. Kurtz y cuales son sus actividades.

Definitivamente, no me gustan las novelas. Me cuesta muchísimo meterme en la acción. Me da la impresión que no aprendo nada, que estoy perdiendo el tiempo ¿Curioso no? Prefiero los libros de historia y los ensayos.


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