viernes, 5 de septiembre de 2008

Los judíos


Para comprender bien la historia del pueblo judío recomiendan leerse la “Historia de los judíos desde la antigüedad hasta nuestros días" de Heinrich Graetz, en trece volúmenes. Sin capacidad para tanto, me he leído el libro Los Judíos de Luis Suárez (Ariel), mucho más asequible.
Las dos preguntas a las que buscaba respuesta al leer este libro son:

  • ¿Qué es un judío?
  • ¿Porqué han tenido una historia tan accidentada?

La verdad es que es difícil saber qué es un judío. El judaísmo en principio es una religión, pero también es una nacionalidad con lengua propia, pasado común, patrimonio cultural exclusivo y proyecto de futuro. La nación estuvo un tiempo –desde el año 70 d C hasta 1.948- desarraigada, pero hoy Israel es una nación reconocida por la comunidad internacional. En opinión de algunos, los judíos son también una raza.
La historia de los judíos es realmente accidentada, trágica. Dispersos por diversos países del mundo, fueron perseguidos, expulsados, su religión prohibida, sus bienes confiscados y, finalmente, incluso físicamente eliminados.
El odio antisemita ha sido una constante en la Historia. Pero ¿por qué?
1. El tema religioso
Los judíos son un pueblo orgulloso. Según su tradición religiosa, son el pueblo elegido por Dios, el cual suscribió con ellos una Alianza. Esta conciencia de superioridad ha promovido el odio de otras religiones.

Con los cristianos tienen un contencioso especial: según los judíos, el Mesías todavía no ha llegado. Esto indigna a los cristianos. Según Ramón Martínez en su obra “Pugio fidei adversus mauros et iudaeos” (1278), el rechazo al Mesías, cuando vino, es causa de que Dios les arrancara la tierra que les había dado y les condenara a vivir errantes. Además, el judaísmo rabínico es una herejía respecto al Antiguo Testamento, que debe ser extirpada. Por ello, la destrucción del judaísmo es la más urgente de las tareas.
Estas peleas entre miembros de dos religiones que tienen tanto en común, hacen bueno el refrán que no hay peor cuña que la de la misma madera.
En la Historia de España ha habido acontecimientos particularmente trágicos. Uno fue el asalto a la judería de Sevilla en 1.391. Según el cronista Ayala, hubo 4.000 muertos. Tristemente famosa fue también la expulsión de los judíos por los Reyes Católicos en 1.492. Así nos la describe Andrés Bernáldez en sus “Memorias”.
"E pospuesta la gloria de todo esto[1], e confiando en la vana esperanza de su ceguedad, se metieron al trabajo del camino, e salieron de las tierras de su nascimiento, chicos e grandes e viejos e niños, a pie e ca­valleros en asnos e en otras bestias e en carretas. E iban por los caminos e campos con mucho trabajo e [sin] fortuna, unos cayendo, otros levantando; unos murien­do, otros nasciendo, otros enfermando, que no había cristiano que no se condoliese dellos, e siempre por donde iban los convidaban al bautismo, e algunos con la cuita se convertían e quedaban, empero muy pocos, e los rabíes los iban esforzando e hazían cantar a las mu­jeres e mancebos, e tañer panderos e adufes, por alegrar la gente. E así salieron de Castilla."
2. La nacionalidad judía
Si los judíos constituyen una nación, una nación dentro de otra constituye un disolvente para la segunda, lo cual es fuente también de disputas. Los judíos se han resistido históricamente a ser asimilados dentro de una nación concreta (hasta que han tenido la suya propia).
3. Las profesiones
Los judíos se han dedicado tradicionalmente a profesiones, como la de prestamista, particularmente odiosas para la población. Para los cristianos, la usura era un pecado nefando.
Se ha mantenido que los judíos eran los autores del capitalismo, así como también que eran los creadores del comunismo.
4. El factor racial
En el siglo XIX, el antisemitismo se presentaba además con pretensiones científicas, en un momento en que se creía que la raza constituía la dimensión esencial del ser humano. Según Heinrich Treitschke, había que combatir la inmigración judía porque constituía el advenimiento de un elemento híbrido que impediría el desarrollo de la cultura “aria”. Hitler no inventó el antisemitismo; le bastó llevarlo a sus últimas consecuencias.

La creación del Estado de Israel, lejos de apaciguar las cosas, se ha convertido hoy día en el factor más importante de desestabilización de la paz mundial. Porque, en un curioso giro de la historia, los verdugos de hoy son hoy las víctimas de antaño. Y los expulsados de entonces son los que han expulsado hoy a otros para quedarse con sus tierras. Es verdad pues que la historia se repite, pero los protagonistas cambian a veces sus papeles.
[1] Se refiere a las riquezas que muchos poseían en España

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