lunes, 31 de enero de 2011

El Che


Con motivo de haber visitado la casa del Che (foto), estoy leyendo su biografía, 800 pags. escritas por Paco Ignacio Taibo. Un poco ladrillo, el libro en cuestión, todo hay que decirlo.
Al Che, un chaval enfermo de asma, le llevaron sus padres a vivir a Altagracia en las sierras de Córdoba (Argentina), donde se suponía había un clima favorable para esta afección. Allí han hecho un museo, un tanto cutre, donde se exhibe, entre otras cosas, su bici-moto, con la que se desplazó por Sudamérica. Cruzó el continente, arriba y abajo, en varias ocasiones, buscando la aventura, incluso llegó a desplazarse, en una balsa artesanal construída por él mismo, por el Amazonas. Las aventuras le llevaron a implicarse en la revolución cubana. Unos 50 desarrapados, incluyendo al Che y los hermanos Castro, "invadieron" la isla en un barquito minúsculo, llamado "Granma", es decir "abuelita", en medio de una fuerte tormenta tropical . Contra mucha suerte, pudieron desembarcar y organizaron un ejército revolucionario que, finalmente, triunfó frente al ejército regular del General Batista apoyado por la CIA. Yo llamaría a ésto un milagro, aunque no sé si los católicos estarían de acuerdo conmigo. La suerte está de parte de los audaces.
Dos gallos, Fidel y el Che, eran demasiado para el gallinero cubano y el argentino fue enviado con la misión de intentar exportar la revolución cubana a países como Angola y Bolivia. En éste país su suerte se agotó y lo mataron, dando fin a su vida, aunque no a su leyenda.
El comunismo ha decaido como ideología y la reforma agraria cubana, que con tanto ímpetu impulsó el Che, ha sido un fracaso en la isla. El comunismo falla porque coloca mal los incentivos.

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