Argentina es un país inmenso, cinco veces España, y deshabitado: el mismo número de habitantes que ésta. Mayoritariamente llano, con los andes al oeste, rico en todas clase de recursos naturales, sobre todo agrícolas, comprende desde un clima tropical (Iguazú) hasta uno ártico (Patagonia). En el medio, ricos campos de cultivo. En el trayecto Córdoba - Mendoza (doce horas en autobús) los campos de maíz y de soja ocupan todo el horizonte durante todo el viaje. Ahora que los precios de los alimentos están por las nubes, los agricultores deben estar frotándose las manos.
Tuvo su época dorada, el periodo 1889 -1939 pero, desde entonces, mal gobernada por políticos populistas, corruptos, y militares golpistas, no ha hecho sino decaer pasando, de ocupar el puesto 10º, al 62º en el en ranking de paises por renta per cápita. Hoy, un 30% de la población vive bajo el umbral de la pobreza (según Lonely Planet). Además un 30% de sus habitantes están concentrados en el área urbana de Buenos Aires. En definitiva, es un pais rico, despoblado y con grandes contrastes de renta.
La seguridad en las calles es regular, hay vigilantes con pistolón en los supermercados y verjas y candados por doquier. Llama la atención al extranjero el fenómeno de los "cartoneros", la venta ambulante sin control por todas partes y el hecho de que todavía haya perros vagabundos. Al lado del aeropuerto Jorge Newbery en Buenos Aires, mientras los señoritos juegan al polo el Club de Gimnasia y Esgrima, hay un barrio de chabolas inmundo e inmenso.
Los argentinos son un pueblo extremadamente cortés con los extranjeros en general y, quiero pensar, con los españoles en particular.
La población es fundamentalmente de origen europeo, bien educada, y a muchos, según sus propias manifestaciones, les gustaría venir a Europa a probar suerte, ya que no tienen ninguna fe en el futuro de su pais (la emigración de los años dorados, pero al revés). "Si hemos sido capaces de sobrevivir acá, lo haremos también en Europa, hambre no vamos a pasar", me dijo un taxista que quería emigrar a Italia, la tierra de sus ancestros.
Emigración difícil, sin embargo, porque su moneda está muy depreciada frente al euro y el dolar. Hubo un momento, allá por los años 2.000, que el peso y el dolar estaban a la par. Sucedió entonces lo del "corralito", los gobernantes "secuestraron" los ahorros en dólares de los argentinos y, al cabo de un tiempo, les devolvieron pesos depreciados. Como actualmente un dólar es equivalente a 4 pesos, el que tuvo dólares en el corralito tendría sus ahorros depreciados hoy en un 400%. Para un europeo con euros, Argentina resulta barata, pues puedes alojarte en un hotel de lujo por el precio de uno económico (digamos, 50 € la noche). La inflación se estima en un 22%, aunque el Gobierno sólo admite un 7%.
(En la foto, restos coloniales en la plaza de La Recoleta, Buenos Aires)
