jueves, 24 de junio de 2021

 A puñaladas


El diputado Abascal ha acudido al Tribunal Supremo, entre un mar de banderas españolas, a simular que presentaba un recurso contra el indulto, cosa que ya había hecho  telemáticamente, pero que, obviamente, nadie había visto. Se trataba de “visibilizarlo”.

El periodista lo relataba así: Entre los gritos de sus seguidores, Abascal ha acusado al presidente del Gobierno de “dar una puñalada por la espalda al pueblo español, a aquel puñado de jueces valientes que mantuvo la legalidad constitucional y a su majestad el Rey”.

El cronista ha perdido la ocasión de construir una bonita aliteración[1], como esta:

Sánchez empuñó su puñal y pegó una puñalada por la espalda a un puñado de Jueces.

Ello transmite una sensación de violencia, crueldad y traición.

Todo viene de puño, cuyo significado primero es “mano cerrada”. Y cuyos significados derivados se extienden a: mango de un arma blanca” que, obviamente, se ha de empuñar, es decir, “asir con el puño”, a puñalada “golpe que se da clavando el puñaly a puñado, “poca cantidad de algo de lo que debe o suele haber bastante”.

Evidentemente, es una metáfora. No se puede pegar una puñalada a un ente incorpóreo, como el pueblo español que, como es lógico, no tiene espalda. Pero sí cabe dársela a su majestad el Rey o a un puñado de Jueces que, a la vista de cómo está el ambiente, tienen que guardarse bien las espaldas. Las metáforas bélicas pueden ser peligrosas.



[1] Aliteración: repetición de un sonido para transmitir una sensación.

 

Duplicaciones discriminatorias

  La Constitución venezolana   duplica cientos de términos: “Toda persona detenida tiene derecho a comunicarse de inmediato con sus familiar...