La violencia de género se había entendido hasta ahora como violencia contra las mujeres. Esto de luchar contra la violencia de género está muy bien, si supiéramos lo qué es el género, cuestión que no es tan fácil. En efecto, una cosa es el biológico (lo que se es) y otra aquel al que a una persona le gustaría pertenecer (lo que se siente). Con la biología hay pocas disputas, pero con el sentimiento ¡ay! demasiadas. Y aquí cada uno va por su lado. Porque ¿quién es merecedor de protección: solo la que “es” mujer o también la que “se siente” como tal?
Y cuando se habla de la "violencia machista", cabe preguntarse ¿Qué es un macho? Y digo más ¿qué es un marimacho? La Real Academia define marimacho como mujer que en su corpulencia o acciones parece hombre ¿Basta con que parezca o tiene también que sentirse como tal?
En fin, un lío.
Imagínese la situación: un hombre trans, llamémosle, Consentido (que biológicamente es una mujer) convive con una mujer trans (que biológicamente es un hombre) a la que llamaremos Deseada. Esta última acude al Centro de Crisis y dice: "mire señora funcionaria, mi pareja me ha golpeado con la tabla de cortar fiambre y, mire Vd., -- y aquí abre despacio su puño y, lentamente, enseña dos dientes ensangrentados— ¡quiero que la detengan!
Le piden el DNI y ven que pone sexo: M y le dicen, perdone, esto es para la violencia contra las mujeres. Deseada monta en cólera e insulta y agrede a la funcionaria diciendo que ella es más mujer que todas las putas funcionarias de esa oficina. Y éstas llaman al policía que está en la puerta, quien la detiene y envía al Juzgado de Guardia.
La Juez, que no entiende de sentimientos y ve que una mujer (Consentido) ha agredido a un hombre (Deseada) y concluye que eso no entra dentro de la violencia de género y archiva ese caso. Pero abre otro en el que un hombre (Deseada) ha agredido verbalmente a una funcionaria, despreciándola, y admite el caso. O sea, “ir por lana y salir trasquilado” ¡Y con todo el rímel corrido!