lunes, 22 de febrero de 2010

Militares





Tengo delante esta foto de el funeral de un pobre soldado muerto en Afganistán. 
La guerra es un hecho sucio, sangriento, helador, bestial, la pérdida de toda la dignidad humana. Los soldados son enviados al frente como ganado al matadero. Para que los soldados superen el miedo a la muerte, se les despoja de su voluntad mediante ejercicios de sumisión y castigos severos. Pero también, para darles ánimo, se les adorna con banderas, uniformes y demás parafernalia.
Esta guerra mercenaria, en un país tan lejano, en el que nada se nos ha perdido, se hace para complacer al amo americano. Es una guerra injusta, los afganos sufren una indigna ocupación. Y, cuando mueren, a estos soldaditos de cartón piedra, se les monta un número como este, una puesta en escena que oculte toda esta mierda. Y esto los militares lo saben hacer, no en vano llevan en ello toda la vida.Fíjate esos chicos con la cabeza alta qué ridiculos están. Me dan ganas de decirles: ¡bajad la testa, vais a ser los próximos! 
Se cantó el himno "la muerte no es el final". Pobre chaval, 20 años tenía ¡naturalmente que la muerte es su final!
Allí estaban también los políticos, no vaya a ser que alguien piense que no son patriotas. Pero ¿qué patria? el chico era colombiano. También estaban los curas, ellos administran desde siempre el negocio del más allá.
Todo esto me hace vomitar.

Duplicaciones discriminatorias

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