Carme Chacón pasa por ser una ministra bien valorada en las encuestas de opinión. La valoración de la gente no se basa en lo eficiente que es el ejército, que ella dirige. La gente no se fija en cuántos soldados hay por cada general (creo que son pocos). Ni en si podría afrontar por sí sólo con éxito una guerra con alguno de nuestros vecinos (esto no está nada claro). No. La gente se fija en la imagen que da la chica. Y la chica cuida su imagen. Por eso está hoy (10/11/08) en Afganistán.
Ella va a acompañar en su viaje de vuelta a casa a los restos de dos soldados españoles muertos. Es duro decirlo, pero los pobres soldados no necesitan que nadie los acompañe. Y menos la ministra. La ministra lo que busca es la foto en la base de Torrejon, sacando los féretros del avión, besando a las viudas, poniendo las condecoraciones, pasando revista. Todos firmes y ella allí, al frente. Mucha imagen. Pero innecasario.
Pregunta ¿Habría ido la ministra a Afganistán si hubiera sabido que no habría cámaras?
Pero el tema de fondo no es éste. Tenemos ya asumido que los ministros tienen que fomentar su imagen. El tema de fondo es ¿qué se nos ha perdido a los españoles en Afganistán? La ministra dice que los terroristas afganos "amenazan también la seguridad de las familias españolas". Lo siento, Carme, no estoy de acuerdo. Estamos en Afganistán para complacer a USA. Sobre todo después de nuestra salida de Irak. Ya sabes, si no estás conmigo, estás contra mí, etc.