martes, 6 de julio de 2021

 Las estrategias sexuales




Las tácticas conducentes al conocimiento de personas de otro sexo con fines reproductivos varían del hombre a la mujer. En realidad, son tan diferentes que sorprende que tengan el éxito que tienen. Esta es una labor a la que los individuos en edad reproductiva dedican un esfuerzo gigantesco hasta que consiguen su objetivo, que no es otro que la perpetuación de la especie.
La actual[1] explosión de botellones, fiestas y festivales en las que los jóvenes, a los que se había reprimido el instinto de buscar y contactar con potenciales socios sexuales durante tanto tiempo, ha sido notable. Es sin duda una poderosa fuerza de la naturaleza puesta en el comportamiento instintivo del individuo por la evolución de la especie humana.La estrategia sexual del varón consiste básicamente en buscar hembras a las cuales inseminar. Cuanto mayor sea el número de individuos en que deposite su semilla, mayor será el éxito reproductivo.
La mujer, en cambio, no ganaría nada si siguiera esta estrategia, es decir, si eligiera ser inseminada por un ejército de varones ya que, de cara a la estrategia reproductiva, con uno le basta. Y a éste quiere tenerlo claramente identificado.
El producto que el varón segrega se produce en enormes cantidades y frecuencia y no tiene prácticamente valor, si le aplicamos la ley de la oferta y la demanda.
En cambio, el producto que la mujer produce, el óvulo, es muy valioso, sólo madura una vez al mes y, aquí viene el gran problema, una vez que se insemina, el feto tarda 9 largos meses en nacer, período en el que la mujer está seriamente impedida para numerosas labores, especialmente en la última fase de la gestación.
Pero es que, una vez que el niño nace, está tan desvalido que la madre, y no otra persona, lo tiene que alimentar hasta que se pueda valer por sí mismo. Las madres tienen el instinto de cuidar de los menores de manera innata y la carga será enorme si no la comparten con alguien. Preferentemente con el padre biológico, porque será difícil que la ayude otro o, siquiera, la comunidad en la que viva.
De manera que la táctica sexual de la mujer tiene que ser forzosamente diferente. La mujer, en periodo fértil, que busque un compañero para fines reproductivos, se encontrará con numerosos candidatos a fertilizarla, pero con pocos a compartir con ella la crianza de los nacidos después. Por tanto, la mujer tiende a escoger, consciente o inconscientemente, a un buen padre para sus hijos. Es decir, alguien que aporte “activos” para la crianza de la prole.
En un famoso programa de citas de la TV, el presentador les pregunta a las mujeres ¿Qué clase de hombre buscas? Las respuestas varían, pero la mayoría quieren un hombre “que se cuide”, es decir que tenga un aspecto agradable que pueda transmitir a la futura prole, “que sea sincero”, que podría traducirse en que no me traicione con otra porque no es concebible nada peor que tener que afrontar sola la crianza, “que tenga las ideas claras”, que significa que quiera comprometerse en una pareja a largo plazo.



[1] Escribo esto en julio de 2021

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