En uno de sus cuadros de doble entrada, tan famosos, Porter lo resume así:
Coste bajo | Diferenciación | |
objetivo amplio | coste más bajo | diferenciación |
objetivo estrecho | enfoque en coste | enfoque en diferenciación |
Poniendo ésto en contexto ¿qué estrategia persiguen los comercios de mi barrio?
Bien, tomemos en primer lugar la pastelería Casaní, en c/ Jorge Juan. Es un horno que se enfoca a la diferenciación: hace panes, pastas y pasteles caros y de buena calidad. Está siempre a tope. Apela al público con poder aquisitivo y acierta. Si quieres pan barato, vete al supermercado, pero los panettones, croissants, pastelitos y pastas para el té están aquí. Todo a la vista y en renovación constante. También dan buen café, aunque prácticamente no hay sitio para apoyar la taza, lo que da más ambiente al sitio, con una sensación de bulla.
Por el contrario, el Restaurante Trovadós, en c/ Cirilo Amorós, apela al liderazgo en costes: puedes comer dos platos, vino y postre por 8,50 € ¿Quién da más? Todos los albañiles, pintores y fontaneros de la zona vienen a recalar aquí. Tiene terraza exterior, lo que permite fumar mientras se come, algo no muy ortodoxo, pero frecuente, sobre todo con la copa final, que redondea la factura. No admite reservas, el primero que llega es el primero en ser servido. Si hay cola, esperas en la barra haciendo una consumición. La cocina es tan pequeña que parece imposible pueda dar de comer a tanta gente. Creo que se traen hecha la comida de otro restaurante de la misma "cadena" El Trovador (con erre).
Ni Casaní ni Trovadós han leído a Porter ni saben nada de estrategia.
Ni falta que les hace. Tienen perfectamente enfocada su estrategia.
En cambio, yo que sí lo he leído, no sé qué estrategia seguir.
Conclusión: ni aunque estudie en Salamanca, se hace la prieta blanca.
