Schumpeter llamó
destrucción creadora al proceso por el que el capitalismo se reinventa a través de la innovación tecnológica. Surgen nuevos modelos de negocio que antes no existían y que destruyen los modelos preexistentes. El ejemplo clásico es el de la máquina de fotos Polaroid, que fué barrida por la fotografía digital
En mi barrio dos negocios que, o se han arruinado ya o están a punto de hacerlo, fundamentalmente por haber quedado obsoletos debido al cambio tecnológico. La Red ha significado el final de millones de intermediarios.
Tomemos el caso de Viajes Marsans, que ya ha cerrado. Sin duda el comprar paquetes de viajes para ir de vacaciones ha dejado de ser una asunto consistente en sentarse con un asesor que te aconseja sobre las ofertas que tiene disponibles y luego, al cabo de una semana, te entrega un bono para que lo cambies por billetes, alojamientos etc.. Ahora es mucho más fácil y más barato reservar los viajes por Internet: puedes contemplar todas las ofertas y todos los destinos. Puedes ver el aspecto del Hotel, la vista de la playa, la distribución del apartamento y comparar ofertas La ventaja es evidente. El asesor de viajes ha muerto. Ya no crea valor.
Otro negocio que, aunque todavía no ha cerrado, languidece en la inanición, es la tienda de discos y equipos estereofónicos Audiófilo. También es víctima de internet y del cambio tecnológico (del cassete al CD y de éste al MP3). La gente ya no necesita un soporte físico para guardar su música, lo hace en su ordenador, teléfono, o lector MP3. Oir música en streaming es gratis y los archivos en los distintos formatos se intercambian con facilidad.
En cuanto a los equipos estereofónicos de alta gama, están en franca retirada. La gente prefiere el Home Cinema y el Dolby Surround.
Schumpeter tenía razón, los modelos de negocios se destruyen y son reemplazados. Así progresa el Capitalismo.
