lunes, 15 de noviembre de 2010

El Capellán del diablo


Vuelvo a leer a mi maestro Richard Dawkins. Es curioso, donde más me gusta no es en el tema de la biología evolutiva, que se supone es su especialidad, sino en el de las religiones, a las cuales fustiga sin piedad.
Según él, la mente humana puede infectarse con algo semejante a los virus informáticos, lo mismo que los ordenadores. Si ese virus fuera una religión ¿Qué signos o síntomas característicos poseería la víctima? Según Richard, serían:

  1. El paciente se siente compelido por una convicción interior muy profunda a creer algo, convicción que nada tiene que ver con las pruebas o la razón. Los médicos se refieren a tales creencias con el nombre de fe.
  2. La idea de que la carencia de pruebas es una virtud, refuerza la creencia.
  3. El "misterio", por sí mismo, es algo bueno: el misterio de la transustanciación, el de la trinidad, el de la concepción virginal, etc.
  4. La victima se comporta de manera intolerante hacia los vectores de fes rivales, llegando, en casos extremos, hasta matarlos. Se puede ser igualmente violento frente a los apóstatas o herejes. Se siente especial hostilidad hacia el razonamiento científico. Especialmente nocivo es el virus de "la misión suicida".
  5. La variable más importante en la determinación de la religión que se profesa es el accidente del nacimiento. El virus también puede transmitirse horizontalmente como el sarampión, pero es algo poco probable.
  6. Las sensaciones internas del paciente pueden recordar de manera alarmante a aquellas asociadas ordinariamente al amor sexual.
Pero los virus no siempre ganan. Muchos niños han salido incólumes de lo peor que las monjas y los mullahs tenían para lanzarles. Es el mensaje optimista.

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