lunes, 29 de noviembre de 2010
El horario español
Este es el horario del negocio de más éxito de mi barrio, el del el zapatero remendón: 35 horas a la semana. Si en tiempos buenos su empresa va bien, en época de crisis va aún mejor.
El horario "español" de mi zapatero es uno de los más irracionales del mundo y se conoce como "de jornada partida". Impide hacer cualquier cosa después de la jornada, impide la conciliación trabajo - familia e impide cenar a horas civilizadas. Permite, en cambio, la siesta, invención española donde las haya. Obsérvese que el zapatero se toma 2 horas y media de descanso (da tiempo a ir a casa, comer, echar la siesta y volver). Para la hora en que nuestro remendón abre de nuevo, las 16:30, los trabajadores europeos empiezan ya a recoger las herramientas.
La irracionalidad del horario español ha llevado a la creación de la Asociación para la Racionalización de los Horarios Españoles (ARHOE), que no es para tomársela a broma, pues ya ha realizado su primer Congreso , con un apretado programa, y la presidencia honorífica de, nada menos, que los Reyes de España.
Pero hay cosas peores. Si la jornada partida es irracional, la jornada continuada de los funcionarios es una auténtica estafa. Estos trabajan teóricamente de 8 a 15h, con media hora de interrupción para el desayuno (el famoso desayuno del funcionario). En la práctica, las 8 se transforman en las 9 y las 15 en las 14. Con lo cual trabajan 4 1/5 horas diarias aproximadamente. Si a ello descontamos las pausas para fumar al aire libre, pues tendremos unas 4 horas de trabajo efectivo. es decir, 20 a la semana, o sea, para llevar las cotas de productividad hasta límites insondables. Pero los funcionarios no celebran congresos para racionalizar los horarios. Se ve que están bien así.
lunes, 22 de noviembre de 2010
Cómo salimos de ésta
Este señor, con cara de empleado de funeraria, es Nouriel Roubini, conocido por haber pronosticado la crisis financiera en la que nos encontramos mucho antes de que nadie. Sabido es que los economistas son capaces de explicar el pasado, pero incapaces de predecir el futuro. Rubini es una excepción, por eso es famoso. Capitalizando su éxito predictivo, ha escrito el libro "Cómo Salimos de Ésta", que acabo de leer.
A la economía se la conoce como "la ciencia triste" porque trata básicamente de cómo satisfacer necesidades ilimitadas con medios limitados. Nunca hay bastante, siempre hay escasez. Hay que estar prevenido de ello cuando lees libros de economía pero, cuando terminas de leer el libro de Roubini, tienes una depresión de caballo: todo va mal, hay burbujas por explotar en la India, la deuda pública atenaza a los países del Club Med, el dolar dejará pronto de ser la moneda de reserva, y el sistema Euro va a reventar...
A pesar de su título "Cómo salimos de ésta", si quieres respuestas, si quieres conocer el camino de la redención, no lo vas a encontrar en este libro. Sólo al final, tiene unos tímidos consejos como éstos:
- Los empleados de las entidades financieras deberán ser remunerados de tal manera que sus intereses estén alineados con los de los accionistas.
- La titulización tiene que ser transparente, estandarizarse y sus productos regularse estrictamente.
- Los derivados "over-the-counter" deben salir a la luz y negociarse en mercados organizados.
- Hay que revisar el modelo de negocio de las agencias de calificación para eliminar el enorme conflicto de intereses producido al obtener sus ingresos de las empresas que ellas mismas califican.
- Algunas de las instituciones consideradas demasiado grandes para quebrar tendrán que ser escindidas.
Finalmente, en su línea pesimista, Roubini dice: todas estas reformas son razonables, pero que hay que recordar que, hasta las regulaciones mejor concebidas, pueden no funcionar.
Lo dicho, la ciencia triste.
lunes, 15 de noviembre de 2010
El Capellán del diablo
Vuelvo a leer a mi maestro Richard Dawkins. Es curioso, donde más me gusta no es en el tema de la biología evolutiva, que se supone es su especialidad, sino en el de las religiones, a las cuales fustiga sin piedad.
Según él, la mente humana puede infectarse con algo semejante a los virus informáticos, lo mismo que los ordenadores. Si ese virus fuera una religión ¿Qué signos o síntomas característicos poseería la víctima? Según Richard, serían:
- El paciente se siente compelido por una convicción interior muy profunda a creer algo, convicción que nada tiene que ver con las pruebas o la razón. Los médicos se refieren a tales creencias con el nombre de fe.
- La idea de que la carencia de pruebas es una virtud, refuerza la creencia.
- El "misterio", por sí mismo, es algo bueno: el misterio de la transustanciación, el de la trinidad, el de la concepción virginal, etc.
- La victima se comporta de manera intolerante hacia los vectores de fes rivales, llegando, en casos extremos, hasta matarlos. Se puede ser igualmente violento frente a los apóstatas o herejes. Se siente especial hostilidad hacia el razonamiento científico. Especialmente nocivo es el virus de "la misión suicida".
- La variable más importante en la determinación de la religión que se profesa es el accidente del nacimiento. El virus también puede transmitirse horizontalmente como el sarampión, pero es algo poco probable.
- Las sensaciones internas del paciente pueden recordar de manera alarmante a aquellas asociadas ordinariamente al amor sexual.
Pero los virus no siempre ganan. Muchos niños han salido incólumes de lo peor que las monjas y los mullahs tenían para lanzarles. Es el mensaje optimista.
lunes, 8 de noviembre de 2010
Yo perdí la fe en Fátima
No sé si habéis estado en Fátima (Portugal). Visto en esta foto parece grandioso: una imitación de la columnata de Bernini en el Vaticano. Pero cuando te acercas y ves ese gentío inmenso moviéndose de acá para allá, pidiendo supuestos milagros, algo que la ciencia no les da, y la Seguridad Social portuguesa mucho menos, te quedas estupefacto. Y ese zoco en que les venden, desde agua supuestamente milagrosa, hasta réplicas anatómicas de diversas partes del cuerpo, de las que puedes curar, si haces la ofrenda de modo correcto ¡Cómo es posible que la gente sea tan inculta!
Lo más impresionante son las caras de los devotos que allí acuden. Esas caras de devoción e ignorancia son indescriptibles. Los hay que van andando, pero los hay que van arrastrandose sobre sus rodillas, tan numerosos éstos, que han habilitado un carril especial debidamente señalizado, para que no los arrollen los de a pie. Algunos llevan protecciones de diversos tipos, pero otros se arrastran "a pelo". Los hay que hacen pausas y se tiran al suelo (como los tibetanos, eso es). En fin, un espectáculo lamentable.
Bien, tú dices, la fe enajena las mentes de los ignorantes, pero ¿y los clérigos? Esos son listos, han estudiado latín ¿cómo permiten este espectáculo? ¿Como condonan este ritual de supersticiones? ¿No les da verguenza?
Pues no, parece que les gusta.
En Valencia hay una Universidad Católica. Allí va a aprender la crema de la sociedad. Yo les preguntaría a sus directivos-clérigos ¿Vosotros sois los mismos de Fátima? ¿ Es esto una institución científica? ¿Qué explicación científica tiene el agua milagrosa?
lunes, 1 de noviembre de 2010
Una nariz para Aisha
(Dedicado a mi hijo Cesar, al que no le gusta el Imperio yankee) English versionEste asunto me llama definitivamente la atención.
Se trata de Aisha, una chica de Afghanistán a quien sus familiares, supuestamente afines a los talibanes, mutilaron por pretendidas ofensas de honor. El caso lo ha tomado como propio la ingente industria mediática y propagandística de Estados Unidos. La revista TIME (que leo hace unos 40 años sin desfallecer) lo sacó en portada diciendo¿Qué sucedería si abandonamos Afghanistán?. La máquina de detectar falacias que --seguramente por deformación profesional-- tengo en la cabeza se pone en modo alerta: aquí hay una mentira. En efecto, los EE UU están tratando de justificar su presencia en ese país por razones humanitarias, para salvar a las pobres chicas como Aisha de la barbarie tribal. Nada más falso, EE UU está causando ingente muerte y destrucción en Afghanistán por razones puramente militares (mostrar su poder, engrasar la maquinaria de guerra) y de venganza (todavía lo de las Torres Gemelas), no por que le amenace Afghasitán ni, mucho menos por razones compasivas. Derrotado el comunismo, hay que buscar nuevos enemigos exteriores. También hay motivos internos, el temor de la población americana a estos imaginarios enemigos la mantiene sometida.
Podemos formular nuevamente la pregunta ¿Qué sucedería si abandonamos Afghanistán? y poner la cara de alguien quemado por el napalm de un avión sin piloto conducido por un tipo que tiene un trabajo de 9 a 5 en California (sí, la guerra se lleva así hoy). Lo que sucedería es que se evitarían muchas muertes de gente inocente. No mutilaciones, muertes.
Como el tema ha captado la imaginación popular, una fundación americana, la Grossman Burn, la ha tomado a su cargo y le ha operado la nariz. Muy caritativo, sí señor y muy adecuado a la propaganda oficial. De todo esto se han hecho eco la CNN, Vancouver Sun y Daily Beast.
En resumidas cuentas, no te creas la propaganda oficial. Nos la quieren colar.
Y tú ¿qué opinas?
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