lunes, 8 de marzo de 2010

¿Es profunda la crisis?


Hoy he visto a un hombre recogiendo colillas por la calle. El tabaco quita el apetito --pensé-- pobre hombre.Y me he acordado de las aceras de mi infancia (la España de 1950) donde no había una sola colilla, porque la penuria las limpiaba,  literalmente, antes de que cayeran al suelo.
Algunos liaban el tabaco reciclado a mano, en aquellos librillos de papel de la casa Smoking que todavía existen. Todo un reto, que te saliera el cigarrillo derecho. Recuerdo la técnica, la cantidad justa de tabaco, la equitativa distribución de éste a lo largo del papel, que se sostenía entre índice y pulgar de cada mano, el doblado de los extremos con los meñiques, la acción de enrrollado alante y atrás, y el humedecer el pegamento con la lengua, acción  definitiva e irreversible, porque había que cerrar el cigarrillo inmediatamente. Mucha saliva, malo, poca, peor.
¿Llegaremos a aquello?
Cuando deje de haber colillas por los suelos de las calles españolas, habremos tocado fondo.

Duplicaciones discriminatorias

  La Constitución venezolana   duplica cientos de términos: “Toda persona detenida tiene derecho a comunicarse de inmediato con sus familiar...