viernes, 9 de octubre de 2009

El Himen y el Imán


El artilugio que ves en la foto se llama "Gigimo ¡vamos a jugar!" ¿A jugar a qué?
Bien, hay que seguir leyendo, la publicidad dice lo siguiente:"No te preocupes por la pérdida de tu virginidad. Con este producto, puedes volver a vivir tu primera noche cuando quieras. Inserta este himen artificial en tu vagina cuidadosamente. Se expandirá un poco y te sentirás llena. Cuando tu amante te penetre, el artilugio liberará un líquido parecido a la sangre, pero no mucha, sólo un poquito. Añade unos pequeños gruñidos y pasarás por virgen sin que te detecten. Es fácil de usar, está clínicamente probado y no es tóxico para las personas ni tiene efectos colaterales. No duele y no provoca reacciones alérgicas. Se trata de un juguete para adultos".

¿JUGUETE?, bramó el Iman Yussef al Badri de Egipto emitiendo una fatua (decreto islámico) diciendo que: "aquellos que vendan el himen artificial serán azotados, encarcelados o expulsados del país para que nadie se atreva a seguir su ejemplo". Sin duda para el devoto imán, esto fomenta el vicio.

Bien, esto de querer recuperar la virginidad no es nuevo, por ejemplo en 1.499 se publicó la Tragicomedia de Calisto y Melibea donde aprendimos que Celestina se dedicaba ya al noble arte de "remendar deshonras", si bien lo hacía por métodos más primitivos.

Duplicaciones discriminatorias

  La Constitución venezolana   duplica cientos de términos: “Toda persona detenida tiene derecho a comunicarse de inmediato con sus familiar...