jueves, 4 de junio de 2009

El goce de la música





El secreto de oir música clásica y gozar con ella es "engancharse al tren" y que se "derrumben las paredes".

Escuchar música clásica y disfrutar es cuestión de concentración. Concentrarse es centrar tu atención en lo que estás oyendo y olvidarte de todo lo demás. Dicho así, parece fácil, pero no lo es: requiere esfuerzo y entrenamiento. El estado normal de nuestro cerebro es de "deriva aleatoria". Pero tienes que conseguir no pensar en nada más, no oir nada más y no ver nada mas.

Para eso, al principio, hay que cerrar los ojos y buscar el estado mental de total conexión con la música. Yo me imagino corriendo al lado de un tren y tratando de subirme a él. "Subirse al tren" de la melodía que pasa es el objetivo. Cuando, en mi imaginación, llevo un rato corriendo y tratando de subirme al estribo, se produce la "conexion", alcanzas el tren y ya puedes sentarte en el vagón de primera, abandonarte, dejar que la música te lleve.

Entonces no eres tú el que tratas de "alcanzar" a la música, es la música la que te "lleva" a . Es en ese momento, de máxima concentración, cuando se produce el fenómeno de "ruptura de las paredes". En efecto, las paredes de la sala se derrumban, parece que estás en un espacio ilimitado. Es una sensación maravillosa. Pero no abras los ojos, que la magia se rompe.

Luego, te sientes "limpio" por dentro, como si te hubieses "confesado y comulgado".

¿Sientes tú lo mismo? Inténtalo, seguro que lo consigues.

Duplicaciones discriminatorias

  La Constitución venezolana   duplica cientos de términos: “Toda persona detenida tiene derecho a comunicarse de inmediato con sus familiar...