Pólvora del Rey
El arcabucero de los Tercios de Flandes tenía que comprar con
su propio dinero la pólvora para su arma. Por ello, no disparaba alegremente
sino cuando tenía un objetivo seguro. En ciertos casos, como un sitio, se le
permitía tirar con pólvora de los almacenes reales y entonces, no es de extrañar
que tirara mucho más alegremente.
Los incentivos es lo que gobierna la conducta humana.
Entender los incentivos es la clave para entender a la gente y, al contrario,
ignorar la importancia de los incentivos puede conducirnos a graves errores. En
efecto, un sistema de incentivos puede ser perverso y conseguir lo contrario de
lo que se propone.
La financiación autonómica en España permite a las CCAA “tirar
con pólvora del Rey” porque el dinero que gastan no lo recaudan ellas, sino el Estado
Central.
Un gasto, sin el coste de la recaudación, tiende a no tener
freno, ya que la capacidad de derroche de los entes públicos es realmente
ilimitada [1].
Efectivamente, el político tiene un incentivo positivo a gastar y un incentivo
negativo a recaudar. Lo que le gustaría sería gastar sin medida y que de la
recaudación se encargara otro. Que es exactamente lo que sucede.
El resultado es que todo lo que les da el Estado les parece
poco, pero, al mismo tiempo, se da la paradoja que rechazan los impuestos
cedidos. Además, enseguida ven agravios comparativos con otros territorios.
Por ejemplo, la Comunidad de Madrid dice que “recauda 84.000
millones y aquí se quedan 20.000 millones”, sin embargo, ha renunciado a la
recaudación de gran parte de sus propios impuestos.
En fin, “nadie con su suerte está contento y todos con su
talento”.
[1] Si
alguien quiere ver un ejemplo de la capacidad de derroche de los entes públicos,
que vaya al Ayuntamiento de Almussafes (Valencia) y pida el presupuesto
municipal para este año.