lunes, 25 de julio de 2011

Paseo por El Corte Inglés



En un paseo por este Centro Comercial observo que los empleados están el 50% del tiempo combatiendo el segundo principio de la termodinámica, la entropía, que es la tendencia de cualquier sistema a ir hacia el desorden y el caos. El Corte Inglés es un "sistema" en la medida que todo está ordenado, clasificado y a la vista para favorecer la venta, pero las mercancías entran, salen y son movidas por innumerables clientes que no tienen ningún interés en el reestablecimiento del orden "comercial". Los empleados lo recogen todo, restauran y clasifican de nuevo, cada vez. Es una labor constante, repetitiva, una especie de mito de Sísifo, personaje mitológico que fue condenado a empujar perpetuamente un peñasco gigante montaña arriba hasta la cima, sólo para que volviese a caer rodando hasta el valle, y así indefinidamente. 
Para que el caos se convierta en orden hace falta energía. Los empleados de El Corte Inglés gastan un montón de energía en restaurar el orden. Seguramente podría medirse en Kilojulios, pero es más fácil medirlo en coste de personal. 
¿Compensa al empresario ese coste energético que, al final, se traduce en salarios?
Pues seguramente sí. Sin duda el empresario habrá comprobado que el hecho de que la tienda esté ordenada y el género a la vista es fundamental para la venta. Que el género esté a mano es indudable que alienta el deseo de poseerlo. Que las mercancías estén ordenadas sintoniza con la tendencia del  cerebro humano a clasificar, a reconocer patrones.
El 45% del tiempo restante están cumpliendo los estrictos procedimientos instaurados por El Comerciante para que no le roben. Sólo el 5% lo dedican a atender al público.

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