lunes, 4 de julio de 2011

La España de la peineta

Esta foto es reciente. Se trata de la recién elegida Presidenta del Gobierno regional de Castilla la Mancha vestida de negro, con peineta y mantilla, preparada para asistir a la procesión del Corpus Chirsti en Toledo. En mi opinión, esta mantilla o velo es en todo equivalente al velo islámico, pues trata de tapar el pelo de la mujer, un elemento erótico de primer orden. Es vestido es negro, como el que llevan las mujeres en Irán, pero con un guiño al diablo: es ajustado y lleva escote que, como ves, es discreto y no deja ver partes interesantes de su feminidad.
La procesión en cuestión, para aquellos que no lo sepan, consiste en sacar la Hostia Consagrada a pasear por la calle en una Custodia enorme de oro y plata, para que el pueblo la vea. Estas exhibiciones de riqueza resultan ofensivas, ese oro procede, en realidad, del sudor del pueblo, de la cleptocracia clerical.  La Hostia representa el cuerpo de Cristo y es comida por el clérigo en la Misa, que es una especie de sacrificio a Dios, pero en el que el objeto del sacrificio es el mismo hijo de Dios. Hijo que, ya vino a la tierra y fué torturado y sacrificado, pero que no les importa sacrificar una y otra vez, en una especie de recreación en el sufrimiento por el pecado cometido por los hombres. Toda esta siniestra teoría de la expiación e iconografía católica asociada es asumida sin más por los ciudadanos españoles y a nadie se le ocurre protestar por la inadmisible mezcla de religión y política ¿Chicos del 15M dónde estáis?
La Constitución americana, y muchas otras, habiendo arprendido la lección de los males que acarrea mezclar la política con lo divino, proclaman la laicidad del Estado y prohiben que éste manifieste su preferencia por una religión u otra. No se pueden poner símbolos religiosos en lugares públicos y, mucho menos, sacar a pasear Hostias por la calle. En el otro extremo, tenemos los regímenes teocráticos como Irán y Arabia Saudita que son gobernados por la ley religiosa. El Estado Español manifiesta sin tapujos su preferencia por la religión católica, olvidando que ésta es una de las causas de nuestro atraso y de muchas de nuestras desgracias. Sin ir más lejos, creo que la última guerra civil fue, en gran medida, una regla de religión.
¿Qué podemos esperar de estos políticos, "beatos" cara a la galería? Por cierto, la señora Cospedal tuvo un hijo de soltera ¡Ay pecadora! ¿Y ahora vas al Corpus con mantilla?
Bueno, los pecados se perdonan ¿no es cierto?

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