lunes, 14 de junio de 2010

¿Porqué queremos que nos devuelvan sus cuerpos?


Hace más de setenta años que terminó la guerra civil española y sin embargo todavía hay gente pidiendo que les devuelvan los cuerpos de sus familiares fallecidos o desaparecidos.
La razón más obvia de porqué queremos que nos enseñen los cuerpos es para asegurarnos de que, efectivamente, están muertos.  Cuando murió mi padre, me di cuenta de que el ataúd tenía una ventanita ¿Para qué tienen una ventanita los ataúdes? Pues sospecho que es para que los familiares comprueben que están enterrando a su ser querido y que, efectivamente, está muerto.
A veces, necesitamos el cuerpo para saber cómo murió esa persona. El consuelo del “cómo” está en el hecho de conocer el acto heroico, el sacrificio, que sirve para afirmar los valores de grupo. Pues ¿cómo murió Lorca, el poeta español más conocido? ¿Murió como un perro? ¿Le dieron, como dicen, dos tiros de gracia en el culo “por maricón”? 
Los partidos españoles “de izquierdas” quieren, a toda costa, que se desentierren a los muertos –que suponen mayoritariamente “suyos”- para afirmar los valores partidarios. Los "de derechas”, en cambio, se excusan de su negativa a desenterrarlos, diciendo que no hay que reabrir “heridas” del pasado. 
El deseo de recuperar los cuerpos está también asociado con lo que creemos que es el bienestar espiritual de los muertos: darle sepultura al fallecido, que descanse en paz ¡Nadie descansa en paz en una cuneta!
Otra razón es, no ya el bienestar de los fallecidos, sino el bienestar, espiritual o de otro tipo, de aquellos que tienen el control del cuerpo. Un buen funeral, con el cuerpo como pieza central constituye una oportunidad sin igual de compartir, reafirmar, inculcar y revitalizar los valores grupales. Hay pocos escenarios que se puedan comparar a un funeral de Estado como mejor oportunidad para señalar su poder. Imagínate el funeral -laico- que le haríamos a Federico si, efectívamente, encontraramos su cuerpo. Imagínate la reafirmación de los valores de los que le buscan frente a los que se supone que tenían quienes le mataron. Imagínate el "rojerío".
En definitiva, existe una larga lista de razones para explicar el deseo de que nos devuelvan los cuerpos: 

  • Para estar seguros de que están realmente muertos, o para descubrir cómo murieron. 
  • Por el bienestar de los muertos, o por el bienestar, el prestigio y el poder propagandístico de los vivos. 
  • Para reafirmar un determinado valor social o para evitar que una sociedad hostil a nosotros lo reafirme. 
  • Pero, además, para que nos expliquen detalladamente lo que ocurrió.

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