- La variabilidad. Los individuos de una misma especie presentan variaciones. Pensemos en los hombres: unos son altos, otros son bajos, unos tienen el cuerpo cubierto de pelo, otros son lampiños, unos tienen la piel blanca y otros coloreada.
- La herencia. Los caracteres innatos se heredan. Yo heredé determinados caracteres de mis antepasados, por ejemplo, soy blanco, moreno y bajito.
- Reproducción. Los seres vivos son capaces de producir mucha más descendencia de la que el ecosistema puede soportar. Piensa en una palmera ¿cuantos dátiles produce a lo largo de su existencia? Probablemente millones. Si todos fertilizaran, al cabo de pocas generaciones, no cabríamos en el planeta.
La evolución se produce por un proceso de adaptación y herencia. Los individuos que están mejor adaptados al ecosistema, sobreviven, dejan descendencia y transmiten sus caracteres a la siguiente generación. Es la naturaleza, por un proceso natural ciego y sin dirección determinada, la que selecciona qué individuos tendrán exito biológico.
Tomemos el caso del lince ibérico. Sólo come conejos y éstos no abundan. Como especie está fracasando. No se adapta al medio. Se extinguirá. Pero imagina que una pareja de linces, que tiene una especial fortaleza, aprende a comer potros. Tendrá éxito biológico, procreará y transmitirá su fortaleza a la siguiente generación.
El que el proceso sea ciego, sin una dirección determinada, y que el hombre no sea sino un animal más, disgustó y sigue disgustando a los clérigos para los que existe un Dios que lo dirige todo y un hombre dotado de alma (la chispa de Dios). Darwin destruye de un plumazo varios dogmas religiosos.
Doy las gracias a Darwin por haberme hecho entender el mundo natural y por permitirme disfrutar de la naturaleza.