lunes, 26 de enero de 2009

Quiero la mitad


Estaba el otro día en la cola de la peluquería cuando cayó en mis manos una revista de las de "papel couché". En la portada estaba Amy Winehouse con cara de pocos amigos ¿Qué le pasa a Amy? En las páginas interiores me entero: su esposo, Blake Fielder Civil, que está en la cárcel por tráfico de drogas, quiere divorciarse de ella y QUIERE LA MITAD.

¿La mitad?

Sí, quiere la mitad de todo lo que Amy ha ganado durante el tiempo que vivieron juntos.

¡Dios! ¿Es esto justo?

Pues sí, si te casas y hacéis un millón juntos, el otro tiene derecho a la mitad.

Pero ¡cielos! si ese tío es un vago ¿Vale lo que hace medio millón? Quiero decir, esas sesiones de droga, alcohol y sexo -cuando él estaba libre- ¿valen medio millón?

Sí. Es como un sistema de dos vasos comunicantes: uno del marido, otro de la mujer. Independientes pero conectados. Da igual quien alimente el circuito, si la convivencia se rompe, cada uno se lleva su "vaso" con la misma cantidad de "líquido".

En el lenguage popular, Blake Fielder Civil ha dado un "braguetazo". Es decir, se ha hecho rico con el poder de su bragueta.

Impresionante, una cosa tan pequeña ¡y qué poder tiene!

lunes, 19 de enero de 2009

La religión no es inocua


En la foto primera, David (supongamos ese es su nombre) reza junto a su tanque. David es un hombre religioso y cumple con la obligación de rezar a su Dios varias veces al día. Terminados sus rezos, David se monta en su tanque y se dedica a masacrar niños palestinos como los de la foto segunda ¿Qué clase de razonamiento perverso se hace David para, siendo religioso como es y amando supuestamente a su prójimo, justificar lo que está haciendo? ¿Se pueden matar niños en nombre de algún Dios? Pues sí, la religión justifica perfectamente ésto. El razonamiento podría ser mas o menos el siguiente.
En primer lugar estos niños son (para el que conduce el tanque) infieles, hijos de infieles. Contra los infieles está justificado luchar y no importan los daños colaterales. Guerras de religión en la Historia ha habido incontables, expulsiones por motivos religiosos, innumerables. En España, sin ir más lejos, hubo una guerra de religión que duró ocho siglos. Expulsamos a los judíos (en 1492) y a los moriscos (en 1609) por motivos exclusivamente religiosos.
En segundo lugar, David es judío, a los judíos, según su relígión, Dios les prometió una tierra. David cree estar en esa tierra prometida. Pero resulta que allí hay unos hombres, infieles, que ya la han ocupado antes y David lucha por expulsarles.
David rezará así: "mira, mi Dios, sé que estoy matando niños pero tú sabes que son infieles, que ocupan la tierra prometida. Te ruego consideres mi causa justa y apruebes mi conducta."

Y su Dios le perdonará.

Querido lector de este blog ¿qué opinas?

lunes, 12 de enero de 2009

Poema a las teclas de mi ordenador



El magnífico Pedro Salinas escribió un poema a las teclas de su máquina de escribir. Las teclas de una máquina de escribir son como una página en blanco, puedo escribir cualquier cosa con ellas, desde lo más divino a lo más vulgar. Todas iguales, todas distintas, son las 30 eternas ninfas (101 en el teclado de mi ordenador) que sostienen el mundo.


UNDERWOOD GIRLS

QUIETAS, dormidas están,
las treinta, redondas, blancas.
Entre todas
sostienen el mundo.
Míralas, aquí en su sueño,
como nubes,
redondas, blancas, y dentro
destinos de trueno y rayo,
destinos de lluvia lenta,
de nieve, de viento, signos.
Despiértalas,
con contactos saltarines
de dedos rápidos, leves,
como a músicas antiguas.
Ellas suenan otra música:
fantasías de metal
valses duros, al dictado.
Que se alcen desde siglos
todas iguales, distintas
como las olas del mar
y una gran alma secreta.
Que se crean que es la carta,
la fórmula, como siempre.
Tú alócate
bien los dedos, y las
raptas y las lanzas,
a las treinta, eternas ninfas
contra el gran mundo vacío,
blanco en blanco.

Por fin a la hazaña pura,
sin palabras, sin sentido,
ese, zeda, jota, i...

lunes, 5 de enero de 2009

Los indios del Amazonas no tienen gimnasio


Me pregunto porqué los humanos somos tan holgazanes y porqué se han montado industrias enteras para evitarnos el más mínimo esfuerzo.

Y pienso que es porque el ser vivo tiende instintivamente a conservar su energía. Si la malgasta, puede morir, pues el mero hecho de seguir vivo supone consumirla. Cuando se le presenta la ocasión de gastar energía, inmediatamente se le plantea, de modo inconsciente, la ecuación coste-beneficio: ¿merece la pena el esfuerzo?
Los animales no son capaces en general de almacenar energía, el hombre, sí. Es increíble la cantidad de inventos que nos ahorran energía: los vehículos de todo tipo, el teléfono, la escritura, la electricidad, el aire a presión, el gas, e incluso Internet. Y la cantidad de formas en que puede almacenarse: el aire comprimido, las pilas eléctricas, los alimentos envasados, el combustible almacenado, incluso el dinero ahorrado.

Tanto hemos invertido en ahorrrar y almacenar energía que el hombre moderno está perjudicando su salud. Un ser diseñado para estar en movimiento no tiene, en la práctica que gastar más energía que la necesaria para el mantenimiento de las funciones biológicas primarias. Nace la obesidad mórbida.

Existen, pues, dos dinámicas opuestas: la naturaleza nos impele a conservar energía pero el cuerpo está construido para gastarla. Y nacen los gimnasios y la práctica de los deportes, que equivalen a formas más o menos artificiales de gastar energía. En efecto, el hombre en estado natural no necesita ejercitarse de modo artificial. Ya bastante ejercicio supone el procurarse el diario alimento. Los indios del Amazonas no tienen gimnasio. El gimnasio está en el bosque y en el río. El deporte está en cazar las presas, recolectar los frutos y alimentar a la prole.


Duplicaciones discriminatorias

  La Constitución venezolana   duplica cientos de términos: “Toda persona detenida tiene derecho a comunicarse de inmediato con sus familiar...