lunes, 8 de diciembre de 2008

¿Es la música clásica cosa de viejos?


Llevo yendo al Palau de la Música de Valencia más de veinte años. Durante todo este tiempo, he observado que la media de edad de los espectadores de los conciertos de abono puede que oscile alrededor de los 60 años (yo contribuyo a esa media). Me atrevería a decir que la mayoría acude a los conciertos como a cualquier evento social. A ver y ser visto. A relacionarse. Aficionados, lo que se dice aficionados a la música clásica, conocedores de la escritura musical y de la historia de la música, conozco a tres: la periodista que escribe la crítica musical para El Pais, Rosa Solá y mis amigos Jose María y, que se lleva las partituras a los conciertos y el abogado del Estado Luis Feced que tiene a lo mejor 20.000 discos en su casa. Había otro, Gonzalo Badenes, pero se murió.

¿Cómo sé yo que la gente no tiene cultura musical? Pues preguntando que les ha parecido el concierto. Las opiniones son de lo más pedestre (muy bonito, ha estado bien, el director dirige muy bien). Cuando hay un bis que no se anuncia, muy poca gente sabe de qué se trata.

¿A que se debe que no haya jóvenes? Primero, al precio, 60 € es una burrada para un chaval. Deberían fomentar la asistencia de la juventud. Luego, a la falta de educación musical en la escuela. Es lamentable. Tanto énfasis en el valenciano y otras chorradas y la gente no sabe lo que es un pentagrama.

Hay conciertos para niños, eso sí, pero eso no basta, hay que enseñarles música. Como hacen con esos chavales de las sociedades musicales valencianas. Desde aquí les animo ¡ánimo chavales, ojalá vuestro ejemplo se generalice!

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