martes, 21 de junio de 2016

Pedagogos

- Que nos vamos Manuel, que nos vamos.
María y Manuel leían el telegrama del Ministerio que les decía que habían sido aceptados en las Misiones Pedagógicas.
Prepararon cuidadosamente su equipaje en tres viejas maletas de madera: una para la ropa y dos para los libros.
Les esperaba un largo viaje en una destartalada camioneta, hasta una aldea perdida a donde iban a enseñar a los niños pero, sobre todo, a darles de comer, e incluso a vestirlos. Los llevarían de excursión. Los niños viajarían al mar o a la montaña, harían deporte, se divertirían. Pero, sobre todo, comerían.
En la camioneta llevaban una biblioteca ambulante, varios decorados de teatro y un proyector de cine. Con ellos viajaría un afamado poeta.
Cuando ya la camioneta tuvo que pararse porque no encontró camino, el escritor y los maestros, con su corbata y maletín, ellos y sus zapatos de tacón, ellas, fueron recogidos en burro por unos lugareños que los llevaron al pueblo, a duras penas.
Pasó la noche y llegó el gran día. Se iba a dar la primera clase cerca del lavadero municipal.
Ese día tocaba clase de literatura española. El poeta fue el encargado de impartirla.
- Queridos niños (los niños y las niñas estaban juntos en clase). Os voy a recitar un poema, a ver si os gusta.

Cuando los luceros clavan
Rejones al agua gris.
Cuando los erales sueñan
Verónicas de alhelí...

- A ver, ¿Qué creéis que significa esto que os he leído?
Un silencio profundo se hizo en la clase. El poeta dijo:
- A ver, era por la tarde.
Por fin, habló Armando un niño moreno, de rostro cetrino, que se sorbía los mocos.
- No sé señor maestro pero suena muy bien.
Risas entre los asistentes.
Los días siguientes fueron de locura, más clases, obras de teatro, proyección de películas, excursiones. Algunos niños habían engordado debido a que, por primera vez en su vida, hacían tres comidas diarias.
Y llegó el día de la despedida. La población les dijo adiós entre sollozos:
- Adiós señor maestro.
- Adiós señora maestra
- Adiós don Federico
Los voluntarios volvieron a la Ciudad transformados por la experiencia: ¡tanto trabajo por hacer, tanta injusticia que remediar!




Duplicaciones discriminatorias

  La Constitución venezolana   duplica cientos de términos: “Toda persona detenida tiene derecho a comunicarse de inmediato con sus familiar...