lunes, 16 de agosto de 2010

El Rey y el Apostol



Se me abren las carnes cuando veo al Rey de España en la ofrenda al Apostol Santiago. Resulta que cada año, va el monarca a la Catedral, con todo lujo de obispos mitrados y botafumeiro volando, a "pedirle por España" al Apóstol. En su última comparecencia le pidió que eche una mano a los españoles para resolver cuanto antes la grave crisis económica.
Máquina infernal echando humo, santos de madera, mitras, enseñas, no sé por donde empezar para llevar al ánimo de mis lectores lo ridículo que me parece todo ésto. En primer lugar, ¿no habíamos quedado que estamos en un Estado Laico? ¿Entonces que hace el Jefe del Estado identificándose, vestido de chaqué, con una religión en particular? ¿Cómo no se le cae la cara de vergüenza diciéndole tales tonterías a un santo de madera? Dice el refrán: "si de nogal no dió nueces, de Santo ¿qué te parece?"
Debe saber además el monarca que la crisis económica --según tienen declarado varios obispos-- es un castigo divino,  enviado por la degradación moral de nuestra sociedad. De modo, que no debería el Rey  interferir en la Justicia Divina. Además me consta que el Rey es un reconocido pecador ¿que autoridad moral tiene? 
Es algo parecido a la protesta de determinados prelados cuando se instalaron los primeros pararrayos: les pareció mal porque era una interferencia a la Justicia de Dios. Si Diós mandaba un rayo para matar a alguien ¿que clase de arrogante era el Sr. Franklin (inventor del pararrayos) para impedirlo? 
Si España está condenada a pasar por una crisis económina ¿quien es el Rey para ponerse enmedio?

Duplicaciones discriminatorias

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