lunes, 21 de noviembre de 2005

Palabras



La asociación de gays y lesbianas Casal Lambda se ha quejado que el diccionario de ideas afines de Fernando Corripio, publicado por la editorial Herder, en la entrada “homosexual” diga: “pervertido, vicioso, depravado, anormal, desviado, corrompido, degenerado, pedófilo, puto...”
Francamente creo que un diccionario debe recoger los usos que el pueblo hace del lenguaje y no los usos que quieren algunos. Aunque no le guste a la asociación Casal Lambda, a las palabras les da el pueblo el uso que quiere y no el que quieren los, por decirlo así, “afectados”. Es como quejarse de que el pueblo llame “maricón” al varón que manifiesta tendencias homosexuales. No se pueden desterrar los usos del lenguaje. Además, el lenguaje es o no ofensivo según se de por ofendido el que lo oye. Las palabras en sí no significan nada. Además los usos cambian con el tiempo, en tiempos de Felipe II, ser Inquisidor era un cargo muy importante, que muchos se disputaban, hoy, en cambio, es un insulto, o así lo interpretan algunos.
A los abogados nos llaman “picapleitos” y no se me ocurre que el Colegio de Abogados se queje de esto.

Duplicaciones discriminatorias

  La Constitución venezolana   duplica cientos de términos: “Toda persona detenida tiene derecho a comunicarse de inmediato con sus familiar...